La creciente y fundada preocupación por el estado de nuestro planeta y el calentamiento global están llevando, aunque muy lentamente, a un cambio en los hábitos cotidianos.
En este marco de concienciación medioambiental, se observa un importante aumento de la venta de botellas térmicas de acero y aluminio. Esto es el resultado de una excelente práctica que prevé el uso de una botella térmica personal que puede reutilizarse durante mucho tiempo y que tiene un impacto significativo en el consumo de plástico.
El uso de estas botellas fomenta un uso racional de los recursos medioambientales y desencadena un círculo virtuoso a imitar. Sin duda, el éxito de estas herramientas se basa también en el alto nivel de concienciación de muchas escuelas y empresas, donde los alumnos y los empleados tienen cada uno su propia botella reutilizable. Obviamente, en este caso también es importante contar con un producto de calidad e identificar la mejor botella térmica del mercado.
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Por qué utilizar botellas de acero o aluminio
Hasta no hace mucho tiempo, utilizar un material alternativo al plástico significaba utilizar vidrio. Sin embargo, esta práctica tenía considerables desventajas, ya que el vidrio es: pesado de transportar, puede romperse fácilmente en caso de que se golpee o se caiga y no es capaz de mantener una temperatura constante del líquido contenido.
Por el contrario, las botellas de acero o aluminio tienen puntos fuertes considerables, veamos los principales:
- son más ligeras y, por tanto, te permiten tener una bolsa o una mochila siempre más transportable durante el día;
- en caso de caída accidental de la botella no habrá roturas desagradables y esto también permite que estas botellas duren mucho tiempo, al estar fabricadas con materiales muy resistentes;
- las botellas de acero o de aluminio te permiten mantener inalterada la temperatura del agua , o de cualquier otra bebida que pretendas llevar, durante muchas horas. Esto es especialmente útil tanto en verano como en invierno y es posible gracias a su aislamiento térmico;
- estas herramientas suelen desencadenar otros comportamientos como, por ejemplo, el uso de fuentes públicas o puntos de agua municipales.
Éstas son sólo algunas de las excelentes razones para utilizar estos objetos “ecológicos” y muy fáciles de usar. Por último, no hay que pasar por alto el ahorro, ya que quienes tienen estas botellas suelen limitar la compra de botellas de plástico durante el día. Este componente no sólo reduce la contaminación y el consumo de plástico, sino que también ofrece un ahorro considerable, especialmente en verano.
Cómo elegir una buena botella térmica
La calidad debe ser la base para elegir una botella de acero o de aluminio. De hecho, se trata de una compra infrecuente, un producto que durará en el tiempo y que debe mantener inalteradas las propiedades de las bebidas.
Una opción muy eficaz es utilizar una botella de “doble pared” que utiliza un sistema de vacío que crea un excelente aislamiento térmico. De este modo, de hecho, no habrá intercambio de temperatura con el exterior y las bebidas permanecerán a su temperatura inicial durante muchas horas.
Se debe valorar positivamente también la presencia de un sistema de apertura cómodo, que sin embargo sea capaz de evitar la formación de condensación. De hecho, esto último sería un huésped muy incómodo para nuestras mochilas, pero hay que decir que la gran mayoría de las botellas de acero y aluminio ya pueden evitar perfectamente este problema.
Otros factores importantes a evaluar pueden ser:
- la presencia de certificaciones CE, lo que nos permite excluir que pueda haber materiales perjudiciales para nuestra salud;
- las horas de aislamiento que puede garantizar la botella, que generalmente van de un mínimo de 6 a un máximo de 24. Evidentemente, este parámetro debe calibrarse en función de la frecuencia con la que pensamos que podemos “recargar” nuestra botella;
- la capacidad, que luego afectará a otro parámetro, el de la ligereza. También en este caso es necesario evaluar la frecuencia con la que creemos que podemos rellenar la botella.
Sustituir el plástico por una de estas botellas es un gesto sencillo, que además ofrece muchas ventajas personales, pero si lo llevara a cabo todo el mundo supondría realmente un cambio considerable en el impacto que cada uno de nosotros provoca en este planeta.