– Notifica a tu responsable de lo sucedido a la mayor brevedad.
– Acepta tu responsabilidad.
– Piensa en una solución.
– Esmérate por recobrar la confianza de tu equipo.
– Examina tu fallo.
¿Qué hacer cuando uno ha cometido un fallo?
– Crea un plan de acción.
– Discúlpate.
– Admite las consecuencias.
– Aprende del fallo.
– Recuerda que no eres el único.
¿Por qué razón es tan bastante difícil admitir nuestros fallos?
Los fallos pueden ser bastante difíciles de digerir, con lo que en ocasiones nos rechazamos a aceptarlos, en lugar de aceptarlos. Nuestro corte de confirmación se impone y esto hace que empecemos a buscar de qué manera probar nuestras opiniones.
¿De qué manera enfrentar los fallos de la vida?
Una actitud calmada, analítica y segura de las propias habilidades ayuda a una inmejorable resolución de los enfrentamientos o bien fallo. Si existen dudas sobre la resolución a ejecutar no te apures. Date un periodo de tiempoperíodo de tiempo para examinar las circunstancias con mayor profundidad hasta hallar la opción que te persuada.
¿De qué forma percatarse de mis fallos?
Es preciso admitir esta realidad y dejar de juzgar y juzgarnos fuertemente. Reconocer los fallos es valiente: aceptar nuestras faltas requiere el coraje de mirar de frente nuestras sombras más oscuras. Hacerlo es un ejercicio de humildad y un deSeo auténtico de mejorarnos a nosotros mismos.
¿Qué es reconocer el fallo?
Reconocer nuestros fallos nos hace más humanos y más humildes y nos deja prosperar. Tratemos de darnos a nosotros mismos y a el resto la libertad de confundirnos y aprender de los propios fallos. Seamos más flexibles, tolerantes y comprensivos.
¿Por qué razón es esencial aprender de nuestros fallos?
¿Por qué razón es esencial aprender de los fallos cometidos? Por el hecho de que de ellos se consiguen lecciones que se transforman en éxitos, en desarrollo. Los fallos son experiencias; del fallo se aprende. Al menos parece que es lo que ya no debe hacer y continuar un camino diferente.
¿Que nos enseñan los fallos?
Cometer fallos es el paso anterior al aprendizaje. La enseñanza que se consigue de un fallo es considerablemente más valiosa y relevante que la que se desprende de los buenos instantes. Fallar nos enseña sobre nosotros y sobre el planeta, nos ayuda a aclarar quienes somos, lo que queremos y lo que no.